LA TIERRA DE LOS MIL ACORDES
Andalucía... tierra que me evoca un gran sentimiento de identidad -aunque soy asturiano, mi abuela por parte de madre era cordobesa- de poesía y de aventura. Llena de contrastes, de maravillas por descubrir aunque también de tópicos manidos que ocultan su verdadera esencia. En una tierra así, como no puede ser de ora forma, el rock ha tenido y tiene muchas manifestaciones, muchos rostros y muchas sonoridades diferentes.
Hablar de Andalucía históricamente es hablar por desgracia, de mucho sufrimiento. De siglos de explotación de los terratenientes y latifundistas, y de pueblos que generación tras generación, han vivido humillados y sojuzgados, con el odioso yugo del señorito, del obispo y del tricornio. Por ello en el rock andaluz por un lado, el blues, la música de otro pueblo explotado y esclavizado, el pueblo negro de America, encontró un terreno muy fértil para cultivarse y desarrollarse, y no es por ello de extrañar que Andalucía acoja un importantísimo número de festivales de blues y de reputadísimos músicos de este género.
Por otro, el espíritu de rebeldía, de emancipación y de lucha contra la injusticia que hay innato en el carácter del pueblo andaluz se ha expresado en su rock a través de guitarras agresivas, de sonidos duros como el de los pioneros del rock duro The Storm, Azrael, Cadena Perpetua, Sphinx o los tristemente desaparecidos Evassion y de letras que son desgarrados gritos de protesta y revolución como las que expresan genialmente mis buenos amigos los sevillanos Reincidentes.
Por caracterizar un tercer elemento, Andalucía, tierra de revolucionarios, de combatientes, también lo ha sido de poetas, de excepcionales poetas (Rafael Alberti, Antonio Machado, Federico Garcia Lorca, Jorge Guillén, Luis García Montero) y esa sensibilidad fruto de la mezcla de culturas que caracteriza la historia y la personalidad andaluza también ha tenido su reflejo en la huella que en la historia del rock estatal han dejado los grupos del movimiento del rock andaluz de finales de los 70, desde Cai, Triana o Mezquita a los Medina Azahara, que hoy siguen enarbolando ese espíritu de fusión de culturas y lenguajes en sus discos, amalgamando la fuerza del rock con la influencia árabe y flamenca.
Cabe concluir en mi opinión que por todo ello, el rock en Andalucía posee una enorme variedad de formas, que ha sabido adaptar y asimilar todos los estilos e influencias, y que artística y culturalmente, tiene una cantera verdaderamente formidable. Sin embargo, Andalucía arrastra un problema endémico de falta de infraestructuras adecuadas para que todos esos músicos, para que todo ese caudal de talento se canalice, crezca y sea conocido mucho más allá de sus fronteras. Trabajar colectivamente entre todos, público, músicos, periodistas, para abrir más salas de conciertos, para entrar en más emisoras de radio con programas de rock, por estabilizar un gran festival de rock al igual que los que ya existen de blues, es el siguiente reto que el rock andaluz tiene que superar. Aunque sea desde la lejanía, desde Madrid o Barcelona, al menos si quiero hacer llegar mi apoyo decidido en esa lucha a todos los que se impliquen en ella. Para empezar, por ejemplo, participando en este blog.
MARIANO MUNIESA
No hay comentarios:
Publicar un comentario