martes, 14 de octubre de 2008

UN PEDAZO DE HISTORIA; EL EROTISMO EN AL-ANDALUS

'...El lugar de la mujer en Al-Andalus estaba detrás de las celosías, en los espacios privados. Su reino era el harén -desde el que ejercían un legendario poder en la sombra- y, por lo tanto, sólo podían cumplir profesiones que no las expusiesen o facilitasen su contacto con el exterior. También es cierto que la mayoría de las que pudieron expresarse con relativa libertad pertenecían a la clase alta o la nobleza y desarrollaban su obra cobijadas y alentadas por un culto ambiente familiar. Hubo numerosos ejemplos a lo largo del siglo XI: la cordobesa Aisa bint Ahmed, las granadinas Hafsa bint ar'Rakkunniyya y Nazun bint al-Qalai, la sevillana Butayna o la almeriense Umm al-Qiram.
Pero el caso más paradigmático fue el de Wallada, la joven princesa omeya que en 1025, con apenas 17 años, abrió su palacio para ofrecer instrucción a hijas de familias poderosas e instruir a esclavas en la poesía, el canto y las artes del amor. Su turbulenta relación con el poeta Ibn Zaydun nos ha dejado algunos de los versos amorosos más bellos del periodo... y también los más satíricos, en los que se burla de su amado tras ser traicionada:


"A pesar de sus méritos, Ibn Zaydun ama
las vergas que se guardan en los calzones
si hubiera visto el pito en las palmeras
se habría convertido en pájaro abâbîl"

Todas las poetisas andalusíes, con Wallada a la cabeza, utilizaron su pluma para plasmar su mundo interior y loar a Alá, pero también para ridiculizar sin sonrojo a sus amantes, describir sin pudor sus artes amatorias o satirizar a sus enemigos. La cordobesa Muhya dedicó una parte de su obra a zaherir a la propia Wallada:

"Ha dado a luz y no tiene marido, se ha desvelado el secreto, ha imitado a María, mas la palmera que la virgen sacudiera para Wallada es un pene erecto".

El erotismo de sus poemas, en ocasiones explícito, se vislumbra en cada rima...'
extraido de público.es

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